Simplemente, estaban bien juntos; no había que darle más
vueltas.
Mantenían una relación que resultaba tan adictiva como la
heroína.
A veces se veían tan constantemente que tenían la sensación
de ser una pareja estable; otras veces podían transcurrir semanas, e incluso
meses, entre encuentro y encuentro.
Pero del mismo modo que los alcohólicos recaen después de un
período de abstinencia,
Ellos siempre acababan volviendo a por
más.
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